miércoles, 23 de octubre de 2019

ten sión

tensión
tensio
tensar
cuerpo elástico
fuerzas que emiten
transmiten tensan.
estira estirado
un cable que se alarga
se expande ten sa.
conecta.
tensar se
contracción
cuando tus músculos
se abrazan.
esa fuerza interna
mis músculos
mi nervio
mi sangre
elástica
elásticos
se tensan
se disparan.
te veo y me miras
un empujón
un cable tensado
un nudo en el medio
estirado conectado anudado.
Tensión es intención
intensidad
interconectar.
magnitud física
un estado
inconsciente incoherente
e inevitable.
como cuando te miro
y vos también.
como cuando te vibran
todos los músculos
como un espasmo
inevitable.
como si te suspiraran en la nuca
despacio
tus pelitos se disparan
se tensan.
como un círculo bien cerrado
donde das la vuelta
y vuelve a empezar.
fuerza que se contrae se disipa
se expande.
una sensación
que no elegi
que brota
que crece.
tensión
estado de un cuerpo elástico
cuando dos o más fuerzas
actúan sobre el.

martes, 22 de octubre de 2019

represión

belleza de lo reprimido
la represión siempre fue
sangrante
suave y deslizante.
de qué sirve reprimirnos
ante el sol nos abrimos
como pétalos felices
ante la luz
reprimirnos
para brotar con más fuerza
imposible
inconfundible.
no es posible
reprimir el color
con tu brillo real
rojo naranja amarillo
violeta rosa verde
tus ojos se pierden
oscuros y crecen.
ya no sirve reprimir
nunca sirvió.






miércoles, 16 de octubre de 2019

tirado y usado


La primera vez que te vi estabas saliendo del supermercado con tu mamá. Tenías puesta la blusa esa amarilla con botones en la espalda, la pollera de jean que te marcaba todas las piernas. Nos quedamos callados, sentados en la parecita de la plaza mirándote. Rodrigo decía que eras la vecina de su abuela, que te habías venido desde el campo; pero Juan te había visto en la escuela y contaba que eras hija del portero. Se pusieron a chiflarte y vos te pusiste toda colorada, como una frutilla. Te tapaste la cara con los rulos negros, y caminaste rapidísimo.
A la hora del recreo nos juntamos a jugar a la pelota en el patio, nos habían dejado porque era primavera. Alejandro era el más alto y corría más rápido que los demás, por eso las chicas hinchaban por él. Se sacaba la camiseta y daba la vuelta por todo el patio de Segundo Año. Vos ese día estabas leyendo al sol. Entonces te cayó un pelotazo directo en la cabeza, te fuiste llorando y todos se reían porque eras la única que no miraba el partido. Te gritaban desde la ventana del baño, y vos no saliste hasta que empezó la otra hora. Los chicos siempre decían que querías llamar la atención, por eso no hacías lo mismo que las demás.
El día de la bandera vos estabas hermosa, tenías el pelo atado con un moño azul y te combinaba con los ojos. El guardapolvo ya te quedaba ajustado después del verano, y las piernas más largas que nunca. Nos pusimos en fila, mirando al frente. Quiero ponerme cerca pero no llego. Entonces Rodrigo te saca el moño y lo zarandea por el aire, vos lo empujás pero no llegás a agarrar nada. Se ríen porque te caés al piso. El barro salpica, se te mete hasta por los calzones. Te ensucia todo el guardapolvo. Cuando te vas, agarro la cinta y les digo que no te molesten, que ya estamos grandes para pavadas. Pero si es lo que busca con el moño ese me dice Juan. Yo no le digo nada.
La fiesta de fin de curso fue en la casa de Juliana, porque los padres se fueron todo el mes a Europa y la dejaron sola. Vivía en un lugar lleno de casas con parque, lejos de todo. Fuimos en micro desde el centro. Te sentaste al lado mío y creí que se me paraba el corazón. Solera roja de mangas cortas, hecha para vos. Sentí tu perfume, dulce como de cítricos, y el olor a tu pelo limpio. Miré tu escote redondo y pensé que se te bajaba con el movimiento. Y vos también lo notaste.
Cuando llegamos se pusieron a tomar y jugar esos juegos, para que te pongas en pedo más rápido. Yo también tomé. En un momento estaba todo borroso, tiré una lámpara al piso y me agarré del borde del sillón. No estabas por ningún lado. Fui hasta el jardín, porque sabía que a vos te gusta el silencio. La música me aturdía, hacía que me doliera más la cabeza, me volvía a tambalear. Voy al baño y no lo encuentro. Escucho sonidos pero hasta que no los veo salir no me muevo. Rodrigo mientras se va me dice entre risas que es una sorpresa, que me toca a mí. Mientras Juan y Alejandro lo siguen. Pero no entiendo, camino como puedo y abro la puerta. La oscuridad, las sábanas enquilombadas en el piso. Sandalias tiradas, una botella de vino a medio terminar, almohadas al lado del placard. Y vos. Un bulto de piel en el medio del colchón.